Un día Martes de estas vacaciones, por la tarde, yo fui a visitar a mis abuelos que viven justo entre Villa Devoto y Villa del Parque (les comento dónde para que se ubiquen geográficamente los que conocen el barrio), porque tenía ganas de pasar una semana en su casa.
Ese mismo día, antes de comer, mi abuela me había mandado a comprar al kiosco que estaba cerca (a una cuadra, casi legando a Av. Beiró). La cuestión es que ese negocio lo habían comprado unos Yankees que se habían mudado desde L.A. hacía unos días y mi abu me había dicho de ir a mí, para probar mi Inglés (sabiendo que DETESTO hacer mandados, por más mínimo que sea el favor).
Llegué al lugar, toqué el timbre y me atendió Travis Richter; obvio que mi cara era un WTF?! más grande que la vida misma. Compré mis chicles, los puchos de mi abuela y los míos; y, en ese momento, salió Matt Good de adentro de la propiedad... Yo lo miré con una expresión de asombro genial en el rostro (pero bastante disimulado el gesto, ya que no tenía ganas de espantarlo), él me vio y preguntó algo así como You're gorgeous... Are all the Argentinian girls as pretty as you?
Yo, ruborizada (bueno, hecha un fuego ya), giré la cabeza, le pagué a Travis, agarré mis cosas y me dispuse a volver al depto de mis abuelos. Pero, cuando quise salir, Matt me habló una vez más:
- Do you speak English, pretty girl? - me preguntó, mientras yo no podía creer que semejante bombón me dijera esas cosas a mí (está bien, soy vanidosa, pero que venga Matt Good y me diga "yo creo que sos linda, guacha", es algo muy poco probable... Improbable, diría yo).
- Y-ye-yes... That's why my grandma sent me here.
- Oh, cool. Then you will answer my first question.
- Thanks for the compliment. There are more beautiful girls out there - le respondí un poco corta mambo porque supuse que me estaba chamullando (y a esta altura mi cabecita ya no se la cree más). E ese momento, el chico me frenó y me pidió si podía acompañarlo hasta la 5ta. Avenida, a comprar lentes.
Le rogué prácticamente que me esperara un rato largo, para poder almorzar con mi familia. Corrí de vuelta a la casa de mis abuelos, almorcé y volví a buscar a Matthew.
Estaba sentado en el cordón de la vereda, esperándome, con una peluca y unos lentes de sol. Se levantó cuando llegué y fuimos a tomar el 146. Nos la pasamos todo el viaje en colectivo hablando de por qué estaba en Argentina con toda la banda (claramente me asumí fan de FFTL delante de él), de lo mucho que le había gustado mudarse lejos de L.A. y volar a una tierra donde era un tanto "desconocidos" (debo decir que NI TAN DESCONOCIDOS). De todas maneras, antes de bajar, le pedí que se pusiera el "disfraz" una vez más, ya que la Bond y 5ta. Avenida eran zonas de potencial peligro para su estabilidad física.
Caminamos hasta la galería, se compró sus lentes, fuimos a Starbucks, paseamos por ahí... En fin, compartimos una bonita tarde; hasta que comenzó a oscurecer y volvimos para casa, así mi abuela no se ponía neurótica con su sobre-preocupación. Nos despedimos con un abrazo, en la puerta (sí, como todo un caballero, me había dejado segura en casa).
Pasé todo el día siguiente yendo de la casa de mi abuela a hacer todas las compras, con las esperanza de encontrarlo por ahí... Pero no lo vi en ningún momento. Sí, esa madrugada me dormí pensando que estaba loca, lo había soñado todo, o ambas. Hasta que, al otro día, me sorprendió al encontrarlo parado en la esquina, cuando yo salía a comprar pan.
Se acercó a saludarme con una sonrisa.
- I was waiting for you - me dijo; y las hiperventilaciones de Bella por Edward, eran nada comparadas conmigo en ese momento.
Caminamos, anduvimos de compras todo el día, hasta que llegó la hora de despedirnos, una vez más (algo que no me agradaba, ya que él me hacía sentir muy bien)... Y él me saludó con un beso en la boca (Matt no era tonto).
Obviamente, yo volví a dormir con una sonrisa más grande que mi cara y no pude pegar un ojo pensando en ese día.
Toda esa semana transcurrió hermosamente, con Matt y yo idiotamente tontos, caminando de la mano y a los besos por Recoleta y Puerto Madero (los mejores lugares del mundo)... Y, llegó ese día, el día que yo iba a tener que volver a MI casa y ya no iba a poder verlo todo el tiempo (casi nunca de hecho).
Me levanté de la cama, fui al kiosco a comprar y a buscarlo. Él mismo fue quien atendió. Al ver mi cara de tristeza (infaltable el momento emo), supuso que era por mi partida de esa misma noche. Salió, me abrazó y, ahí mismo, me pidió ser su novia.
Le contesté un yes súper emotivo, me besó...
...Y mi gato me clavó las uñas en la espalda, cuando mi señora madre se metió en mi cuarto a buscar una cosa equis.Ambos terminaron con el mejor sueño de mi vida, y yo me desperté de pésimo humor y gritando NO, NO, NOOOOOOOO a los cuatro vientos (sí, casi mato a mamá y al gatito).
Ese mismo día, antes de comer, mi abuela me había mandado a comprar al kiosco que estaba cerca (a una cuadra, casi legando a Av. Beiró). La cuestión es que ese negocio lo habían comprado unos Yankees que se habían mudado desde L.A. hacía unos días y mi abu me había dicho de ir a mí, para probar mi Inglés (sabiendo que DETESTO hacer mandados, por más mínimo que sea el favor).
Llegué al lugar, toqué el timbre y me atendió Travis Richter; obvio que mi cara era un WTF?! más grande que la vida misma. Compré mis chicles, los puchos de mi abuela y los míos; y, en ese momento, salió Matt Good de adentro de la propiedad... Yo lo miré con una expresión de asombro genial en el rostro (pero bastante disimulado el gesto, ya que no tenía ganas de espantarlo), él me vio y preguntó algo así como You're gorgeous... Are all the Argentinian girls as pretty as you?
Yo, ruborizada (bueno, hecha un fuego ya), giré la cabeza, le pagué a Travis, agarré mis cosas y me dispuse a volver al depto de mis abuelos. Pero, cuando quise salir, Matt me habló una vez más:
- Do you speak English, pretty girl? - me preguntó, mientras yo no podía creer que semejante bombón me dijera esas cosas a mí (está bien, soy vanidosa, pero que venga Matt Good y me diga "yo creo que sos linda, guacha", es algo muy poco probable... Improbable, diría yo).
- Y-ye-yes... That's why my grandma sent me here.
- Oh, cool. Then you will answer my first question.
- Thanks for the compliment. There are more beautiful girls out there - le respondí un poco corta mambo porque supuse que me estaba chamullando (y a esta altura mi cabecita ya no se la cree más). E ese momento, el chico me frenó y me pidió si podía acompañarlo hasta la 5ta. Avenida, a comprar lentes.
Le rogué prácticamente que me esperara un rato largo, para poder almorzar con mi familia. Corrí de vuelta a la casa de mis abuelos, almorcé y volví a buscar a Matthew.
Estaba sentado en el cordón de la vereda, esperándome, con una peluca y unos lentes de sol. Se levantó cuando llegué y fuimos a tomar el 146. Nos la pasamos todo el viaje en colectivo hablando de por qué estaba en Argentina con toda la banda (claramente me asumí fan de FFTL delante de él), de lo mucho que le había gustado mudarse lejos de L.A. y volar a una tierra donde era un tanto "desconocidos" (debo decir que NI TAN DESCONOCIDOS). De todas maneras, antes de bajar, le pedí que se pusiera el "disfraz" una vez más, ya que la Bond y 5ta. Avenida eran zonas de potencial peligro para su estabilidad física.
Caminamos hasta la galería, se compró sus lentes, fuimos a Starbucks, paseamos por ahí... En fin, compartimos una bonita tarde; hasta que comenzó a oscurecer y volvimos para casa, así mi abuela no se ponía neurótica con su sobre-preocupación. Nos despedimos con un abrazo, en la puerta (sí, como todo un caballero, me había dejado segura en casa).
Pasé todo el día siguiente yendo de la casa de mi abuela a hacer todas las compras, con las esperanza de encontrarlo por ahí... Pero no lo vi en ningún momento. Sí, esa madrugada me dormí pensando que estaba loca, lo había soñado todo, o ambas. Hasta que, al otro día, me sorprendió al encontrarlo parado en la esquina, cuando yo salía a comprar pan.
Se acercó a saludarme con una sonrisa.
- I was waiting for you - me dijo; y las hiperventilaciones de Bella por Edward, eran nada comparadas conmigo en ese momento.
Caminamos, anduvimos de compras todo el día, hasta que llegó la hora de despedirnos, una vez más (algo que no me agradaba, ya que él me hacía sentir muy bien)... Y él me saludó con un beso en la boca (Matt no era tonto).
Obviamente, yo volví a dormir con una sonrisa más grande que mi cara y no pude pegar un ojo pensando en ese día.
Toda esa semana transcurrió hermosamente, con Matt y yo idiotamente tontos, caminando de la mano y a los besos por Recoleta y Puerto Madero (los mejores lugares del mundo)... Y, llegó ese día, el día que yo iba a tener que volver a MI casa y ya no iba a poder verlo todo el tiempo (casi nunca de hecho).
Me levanté de la cama, fui al kiosco a comprar y a buscarlo. Él mismo fue quien atendió. Al ver mi cara de tristeza (infaltable el momento emo), supuso que era por mi partida de esa misma noche. Salió, me abrazó y, ahí mismo, me pidió ser su novia.
Le contesté un yes súper emotivo, me besó...
...Y mi gato me clavó las uñas en la espalda, cuando mi señora madre se metió en mi cuarto a buscar una cosa equis.Ambos terminaron con el mejor sueño de mi vida, y yo me desperté de pésimo humor y gritando NO, NO, NOOOOOOOO a los cuatro vientos (sí, casi mato a mamá y al gatito).